domingo, 26 de septiembre de 2010

Y te ofrezcan el sol...

   Me propuse escribir un blog y establecer la disciplina de hacerlo a diario. He pecado de inconstante e indisciplinada, por lo que debo una disculpa, primero a quien se haya tomado la molestia de leerme y luego a mí misma por la falta de seriedad con que me lo he tomado.
   Después de éste acto de contrición, me gustaría argumentar -en descargo de mi culpa- que lo mismo me sucede frente a una hoja en blanco: no sé cómo empezar a decir algo que resulte interesante de leer.
    Llegué a pensar que no tengo mucho que decir, pero inmediatamente descarté ésta idea porque, si algo desecadena una desbandada familiar, es mi gusto por decir, hablar, abundar, aportar, adosar, extender, redundar y todo aquello que implique prolongar en el tiempo una conversación, aclaración, acotación, argumentación.....iiiggghhhh(onomatopeya de una aspiración indispensable para mi supervivencia).
   Así que hoy decidí escribir un poco para no defraudarme, desentumir mis dedos y destrabar mis neuronas, no vaya a ser que mañana ya no tenga posibilidad de sinapsis neuronal alguna. Vaya , pues, mi palabra en prenda...voy por ella. Frase muy ad hoc con estas fiestas bicentenarias en las que nada de lo que celebra el supremo poder tiene relación con la realidad catastrófica que vive nuestro país.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Cuando te hablen de amor y de ilusiones....

Probablemente  -si tengo suerte- algunas mujeres de mi generación (la que no revelaré para ver si estoy cercana a la nueva era) se identificarán con algunas situaciones, temas o reflexiones que pretendo compartir. Inicio éste blog, como un ejercicio personal para evitar que el olvido desdibuje o borre -definitivamente- el mundo que me ha tocado vivir.

Pertenezco a una generación privilegiada que ha asistido personalísimamente a las evoluciones vertiginosas de nuestra historia. Vivo en un país que pretende desarrollarse pero que no lo ha conseguido del todo y por lo tanto, la modernidad y el retraso social conviven a diario sin pudor.

Me gusta leer, escribir, pintar, cocinar, comer,  conversar, amar, viajar, comprar y ver televisión. En pocas palabras soy un producto de la época y el sistema económico que ha creado mi circunstancia social. Estudié una licenciatura y ejercí la maternidad a golpe de ensayo-error, como ocurre en la mayoría de los casos. Hoy soy una mujer que entra en contradicción consigo misma pues mi capacidad de adaptación está muy superada por la velocidad de los cambios en el entorno global. Sin embargo, lanzo ésta botella al mar cibernético, con la convicción (contra todo pronóstico de la nueva generación) de que alguien se identificará con éste mensaje que intenta establecer comunicación con otros seres humanos para dejar de ser islas y convertirnos en un territorio libre, pacífico y fértil.

Hablemos pues, de amor y de ilusiones....
Seguimos.